Es una de las tradiciones que más se echan de menos cuando, después de haber crecido en España, te marchas al extranjero. Otras cosas típicas de la Navidad española pueden traerse en la maleta, comprarse por internet o incluso encontrarse en supermercados en todo el mundo (como aquella vez que me quedé perpleja delante de un jamón de El Pozo, jamonero incluido, justo a dos calles de mi casa en Viena). El roscón de reyes no se encuentra tan fácilmente, y tampoco es tan conocido como el turrón. Y de comerlo en familia, como su suele hacer en España, ni hablamos. Para quien se atreva a mancharse las manos: he dado con una receta que da en el clavo.

El Roscón de Reyes se come tradicionalmente a principios de enero. Es un dulce que directamente relacionamos con la Navidad, aunque según sus orígenes no tiene nada que ver con ella. Si había alguien que, como yo, daba por hecho que era la representación de una corona de algún rey mago, se equivoca.

Por lo visto, ya durante el Imperio Romano y la celebración de las Saturnales (celebraciones en privado y públicas para agradar al dios Saturno y así conseguir buenas cosechas al año siguiente, en las que se comía y bebía como si no hubiese un mañana) se preparaban estos dulces, cuya receta ha sido mejorada hasta dar con la que conocemos actualmente. Al llegar diciembre y empezar un nuevo período de luz se regalaban estas tortas redondas, rellenas de higos y dátiles, a los trabajadores y esclavos para agradecerles su trabajo en el campo. Dentro de las tortas se escondía un haba, que se asociaba a la prosperidad y la suerte. Quien encontraba el haba era considerado „rey de reyes“ durante un tiempo establecido, y si quien la encontraba era un esclavo, este quedaba libre durante la celebración de las Saturnales.

Luis XV fue un paso más allá y decidió esconder, además, una moneda dentro del roscón. De este modo cambió la simbología y el dulce comenzó a verse como un regalo que se daba al final de la Navidad (cuyo origen también está en las Saturnales, si no me equivoco), tal y como lo hacemos hoy en día. El significado del haba pasó a ser negativo, mientras que quien encontraba la moneda era el afortunado.

La receta no es especialmente difícil, aunque sí que consta de muchos pasos y conlleva mucho tiempo de elaboración. La he encontrado en la página marialunarillos.com, así que no, la receta NO es mía. Lo más complicado de la receta es encontrar el agua de azahar.

Ingredientes para un roscón de unas 18-20 raciones:

Prefermento:

200 g de harina de fuerza (harina de trigo tipo 550, en Austria tipo 700 o 1050)

80 ml de agua

3 cdtas. de agua de azahar

50 ml de leche entera

4 g de levadura fresca de panadería

Masa final:

300 g de harina de fuerza

120 g de azúcar

2 huevos grandes

1 cdta. de sal fina

3 cdas. de ron

3 cdtas. de agua de azahar

100 g de mantequilla

Ralladura de una naranja + ralladura de un limón

Decoración:

1 huevo grande

Azúcar perlado

Almendra en láminas

Fruta confitada

30 g de azúcar

1 cdta. de agua de azahar

Relleno:

500 g de queso mascarpone

180 g de azúcar glas

400 ml de nata

1 cdta. de extracto de vainilla

 

La elaboración está muy bien explicada en el siguiente vídeo: https://youtu.be/orHFs2xexXw